Escuchó unos rumores que hablaban de un gloryhole en unos baños públicos, así que esta jovencita se empeñó en ir para ver si eran ciertos. Las primeras veces no se encontró con nadie, hasta que un día de uno de los agujeros de la pared, apareció la polla de un negro. Se fue a por ella enseguida y se la chupó como una profesional, para luego quitarse toda la ropa y follárselo intensamente mientras gritaba como una golfa.