Durante su visita a España, Sofi Goldfinger conoció a un chico bastante bastante atractivo y acabaron intercambiándose los teléfonos. La rubia se quedó prendada del joven y al día siguiente, se citaron y acabaron en una zona abandonada. Empezaron a mostrarse muy cariñosos el uno con la otra, hasta meterse mano y darle al sexo en público. Ella se quedó sorprendida con el chico, ya que era todo un semental y como prueba, los gemidos que iba soltando mientras penetraba su coño rasurado.