Después de pasarse toda la mañana luciendo sus tetazas naturales en la playa, la negra tetona Tori Taylor volvió a su apartamento acompañada de un chico que acababa de conocer y que llevaba horas hipnotizado con sus tetas. Sabía que lo tenía comiendo de su mano y nada más entrar en casa le dejó jugar con sus pechotes en el salón. Poco a poco el ambiente se fue calentando hasta que la mulata decidió tomar la iniciativa y tras hacerle una paja con sus tetas se montó sobre su polla para cabalgar hasta acabar con el coño húmedo fruto de tanto placer.