Este hombre no suele salir a discotecas, pero estaba escribiendo un artículo para el dueño de uno de esos locales y no tuvo más remedio que salir de fiesta aunque solo fuera por una noche. De repente en el local entró una milf tetona espectacular y aunque él estaba a lo suyo con su trabajo, vio como la rubia empezó a tocarle la polla en mitad del local. Se fueron juntos a los baños de la disco y una vez dentro ella se bajó las bragas hasta los tobillos y comenzaron a follar como salvajes mientras no paraba de gemir de placer.