Hace poco su madre contrató como entrenador personal a un chico francés muy atractivo y siempre que coinciden, se saludan con miradas muy calientes el uno al otro. La jovencita le tiene muchas ganas y cuando terminó de hacer su trabajo, le invitó a hacerle compañía en su dormitorio. En cuanto se quedaron a solas pasaron a la acción y gracias a ello, la joven rubia disfrutó de una follada anal muy dura que para nada esperaba.