Necesitaba encontrar trabajo, así que lo buscó en un bar donde tuvo que convencer a la encargada para que le contratase. No tenía experiencia previa y tampoco se le veía muy animado, pero al final le dio buenos argumentos. Y es que sacó su enorme polla de los pantalones y la morena Mackenzie Pierce no se pudo resistir, agachándose y chupándola con saña. Luego le dejó penetrar su coño a fondo mientras gemía sin parar, dando a entender que quedó más que que satisfecha con la «entrevista de trabajo».