Antes de que llegase su profesor, esta bailarina empezó a practicar y a estirar a solas. Al poco rato el chico llegó y le echó una mano, hasta tenerla abierta de piernas y marcando su coño en sus mallas. Ella le miró a los ojos y se dio cuenta de que lo tenía muy cachondo, así que le dio vía libre para probarlo allí mismo. La cosa fue calentándose cada vez más y al final, pasaron de la clase de ballet para follar juntos sobre el parquet, acabando el polvo con la chica recibiendo encima toda su corrida.